A través de mi terapia individual con Roberto aprendí a conocerme, aceptarme y quererme como persona. Descubrí que estaba llena de etiquetas negativas sobre mí misma que me habían impuesto otras personas, y que yo me había creído, así que las fui desterrando, hasta que no quedara ninguna. Cambié varios comportamientos para mejorar mi relación con los demás, pero al mismo tiempo me atreví a mostrarme más como como soy, sin esmerarme en buscar la aprobación de otros. Creo que la clave de todos estos cambios fue haber aprendido a verme, reconocerme, aceptarme y quererme como persona, como mis fortalezas y limitaciones.
A través de todo el proceso de terapia que viví pude reafirmarme como persona y darme cuenta que no estaba satisfecha con mi matrimonio, por lo que hablé con mi esposo para que juntos emprendiéramos un cambio en beneficio mutuo y de nuestra hija. Él también asistió por su cuenta a terapia,
por lo que los cambios fueron más fáciles de lograr. También hubo asuntos de mi trabajo que a través de la terapia descubrí que no me gustaban, por lo que decidí emprender cambios al respecto que considero muy favorables. Agradezco a Roberto por su interés y profesionalismo, así como por la confianza que tuvo en mí para mejorar mi vida.
Asistimos a terapia de pareja debido a que teníamos muchos problemas de comunicación que nos afectaban. También existía la queja de que Miguel dedicaba muy poco tiempo a la familia, pues sus actividades laborales lo absorbían mucho. Roberto nos ayuda a aumentar nuestra capacidad para la comprensión mutua, y a cambiar nuestra forma de pensar, de “qué puedes hacer tú por mí, a qué puedo yo hacer yo por ti”, lo cual trajo un cambio radical en cuanto a las expectativas de uno respecto al otro y que se tradujo en una mejoría notable en la calidad de la relación que tenemos como matrimonio.
Aprendimos a través de nuestras sesiones de terapia de pareja diversas técnicas, tales como el “semáforo emocional”, la “silla empática y auto empática”, “romper set”, y “corte y regrabación” y el “rally”, entre otras, las cuales nos ayudaron mucho a mejorar nuestra relación de pareja, en forma ingeniosa y creativa e incluso divertida. Como pareja recomendamos ampliamente los servicios profesionales de Roberto Arriaga.
Acudí con Roberto por un problema de depresión crónica que tenía, y del cual no me había percatado plenamente. Aprendí a detectar los pensamientos y presuposiciones que sostenían mi estilo de vida depresivo y a cambiarlos por otros de naturaleza positiva, y que me alentaran a emprender acciones nuevas. También me puse como propósito realizar ciertas acciones, aunque no tuviera al principio ganas de hacerlas, tales como hacer ejercicio, tomar clases de baile y acudir a eventos sociales, y que me ayudaron mucho a cambiar mi forma de pensar, mi estilo de vida y recuperar las ganas de vivir.
Busqué ayuda de un especialista en psicología para tratar de cambiar mi orientación sexual, pero después de estar un tiempo con Roberto Arriaga en terapia aprendí poco a poco que lo que tenía que cambiar era mi actitud hacia mi mismo, así como mis creencias y juicios que hacían que me rechazara y que había introyectado de los demás. Aprendí también a ganar seguridad y confianza en mí mismo, a ser asertivo, así como a depender mucho menos de la aprobación y aceptación de los demás. También la terapia me sirvió para emprender acciones para alcanzar metas profesionales que estaba posponiendo.
Acudimos con Roberto para tratar un desequilibrio de roles en nuestra pareja, y que a “F” molestaba mucho, dado que ella era quien asumía la mayor carga de responsabilidad con los hijos y en la pareja. “M” en cambio era mucho más relajado y tenía una personalidad como de “niño despreocupado”. Descubrimos que él era como un “Peter Pan” que “volaba” más lejos en la medida en que “F” asumía mayores responsabilidades. Esta toma de conciencia sobre nuestro desequilibrio de éste y otros roles nos permitió corregirlos, logrando así una relación más armónica e integrada
Acudimos a terapia de pareja por un problema de infidelidad que estaba a punto de destruir nuestro matrimonio. Roberto nos ayudó a dimensionar la infidelidad de uno de nosotros, así como su alcance y poder destructor a la luz de nuestras suposiciones y creencias. Afrontar estos hechos fue un proceso doloroso para ambos que fortaleció nuestra resiliencia y madurez como personas.
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